Ya no recuerdo la última vez que la inspiración me visitó mientras yo andaba sentada cerca de algún papel o algún ordenador; la muy dama de burdel siempre aparece mientras conduzco. Es desesperante.
Las cosas por mi vida no han cambiado mucho, siguen las contradicciones, las dudas, los dolores y placeres de antes. Soy la misma de siempre, pero con unos días más de vida y unas cuántas tareas más que hacer. El trabajo se va acumulando.
No tengo nada especial que transmitir, los asuntos poco o nada relevantes no merecen ser escritos y las cosas importantes no pueden ser contadas; de modo que cuando me encuentro sentada frente a una hoja en blanco no encuentro el modo de derramar mi sangre en cada párrafo, como antes hacía, sin que merme mi vitalidad. Creo que ser feliz a acabado con mi escritura. Lamentable. Lamentable no sólo por el hecho en sí, sino también porque si esto es felicidad, espero volver al pozo pronto: no me interesa lo que las rosas tengan para mi. Paraísos, regalos, flores y caminos con margaritas y manzanilla. Besos y abrazos, amor a borbotones.
El olor a deseo del cuello de un hombre. Caricias furtivas, miradas fugaces, frío bajo fulares. Espasmos originados por orgasmos, respiración agitada y ojos en blanco.
Tranquilidad.
Estudié y sigo pensando en el significado de echar de menos. Sigo en ello y seguiré, pues la cosa no avanza (hoy concurren todos y cada uno de los sentidos que me habéis propuesto y sin embargo mañana no se da ninguno de ellos). ¿Y eso? ¿Eso es echar de menos?
El día ha sido agotador, lo reconozco; mejor admitir el hecho antes de que alguien observe la somnolencia con la que escribo estos desvaríos. Faltas de ortografía y errores garrafales en la gramática, ¡ay de mí! si mis violadores leyesen tal desastre.
Intentaré disociar los aspectos a tratar y congelar en textos los pensamientos que fluyan sobre cada cosa; que los asuntos amorosos irán mal, pero una ciudadana de Esparta siempre será espartana.
3 comentarios:
EL BIOGRAFO DE MORGANA.
Clara similitud con mis tiempos de juventud, pero lamentablemente no se si para bien o para mal, en mi epoca no existia internet.
Un saludo
Nos vemos con otros 298 en las Termópilas. Pido encargarme de servir las copas y apretar los corsets.
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